A Noboa se le chifló el moño y quiere construir una cárcel en la Ántartida
El presidente de Ecuador, Daniel Noboa, lanzó una propuesta que generó una considerable controversia: construir una prisión en el territorio antártico que Ecuador tiene bajo el Tratado Antártico. Esta idea fue publicada por la revista estadounidense The New Yorker en un extenso reportaje escrito por el reconocido periodista Jon Lee Anderson. Anderson acompañó al mandatario durante varias semanas a partir del 23 de marzo, relatando sus actividades y obteniendo detalles sobre esta inesperada propuesta.
La propuesta de Noboa surgió durante un vuelo de regreso a Quito después de una visita a una prisión en Cuenca, donde se descubrió un túnel secreto excavado por los reclusos. Durante el vuelo, Noboa especuló sobre la posibilidad de establecer una prisión en la Antártida para cien presos, aprovechando la porción de territorio que Ecuador utiliza bajo el Tratado Antártico.
¡URGENTE!
— PatronaQuinn🤟🏻 (@PatronaQuinn_) June 18, 2024
Se filtran primeras imágenes de los presos del Ecuador, preparándose para la cárcel en la Antártida. pic.twitter.com/Rlx9pVtKIP
El Tratado Antártico es un acuerdo internacional firmado el 1 de diciembre de 1959 en Washington, D.C., y que entró en vigor el 23 de junio de 1961. Su propósito principal es asegurar que la Antártida se utilice exclusivamente para fines pacíficos y científicos, evitando cualquier tipo de disputas territoriales o actividades militares en el continente.
Este tratado fue crucial para la protección del medio ambiente antártico y la promoción de investigaciones científicas de vital importancia para la comprensión del clima global y otros fenómenos naturales.
El artículo 1 del tratado prohíbe explícitamente cualquier medida de carácter militar en la región, excepto aquellas que colaboren con la investigación científica. Además, el tratado fomenta la cooperación internacional en la investigación científica y la protección del medio ambiente.
El artículo 2 garantiza la libertad de investigación científica en la Antártida, mientras que el artículo 4 prohíbe cualquier nueva reclamación de soberanía territorial o la ampliación de las existentes durante la vigencia del tratado. Asimismo, el artículo 5 prohíbe toda explosión nuclear y la eliminación de desechos radioactivos en la región.
La propuesta de construir una prisión en la Antártida enfrenta serias limitaciones y desafíos. En primer lugar, el Tratado Antártico establece que el continente debe ser utilizado exclusivamente para fines pacíficos y científicos, prohibiendo explícitamente cualquier actividad militar. La construcción de una prisión podría ser vista como una violación directa de este principio fundamental, lo que podría generar objeciones significativas a nivel internacional y enfrentar una fuerte oposición de otros países signatarios del tratado.
Además, la logística involucrada en establecer y mantener una prisión en un entorno tan extremo y aislado como la Antártida sería enormemente complicada y costosa. La región presenta desafíos únicos debido a sus condiciones climáticas severas, acceso limitado y la necesidad de infraestructura especializada para sostener la vida humana de manera segura y sostenible.