¿Se saldrá con la suya? En un acto de antidemocracia, Noboa delega nuevamente la Presidencia a Gellibert
El presidente Daniel Noboa ha vuelto a delegar temporalmente el mando del país a la vicepresidente Verónica Gellibert, esta vez hasta la fecha del próximo debate electoral. Esta decisión, que no es la primera de su mandato, genera inquietudes en un contexto de alta expectativa política y social en el país.
Aunque la Constitución permite al presidente delegar sus funciones bajo determinadas circunstancias, el uso reiterado de esta prerrogativa por parte de Noboa ha sido objeto de fuertes cuestionamientos.
En medio de la disputa de poder entre Cynthia Gellibert, Verónica Abad y Daniel Noboa, Darren Jason Watkins, mejor conocido como 'IShowSpeed' asume la presidencia de la República del Ecuador. Noticia en desarrollo. pic.twitter.com/9TI7ROvhNy
— milo (@milolimoli) January 16, 2025
En un escenario político crítico, marcado por la necesidad de liderazgo ante diversos desafíos nacionales, su decisión de apartarse temporalmente del cargo para enfocarse en actividades electorales pone en tela de juicio su compromiso con las responsabilidades que asumió al ocupar la presidencia.
Además, la ausencia del presidente en momentos clave del calendario político podría interpretarse como una falta de prioridad hacia los problemas más urgentes del país.
Mientras Noboa se concentra en su agenda electoral, surgen dudas sobre si esta delegación temporal responde a una estrategia política o a una incapacidad de sostener el equilibrio entre su gestión gubernamental y sus aspiraciones políticas.
Por su parte, Gellibert, quien asumirá nuevamente la conducción del gobierno, se enfrenta a una tarea que, aunque temporal, reviste una enorme relevancia. No obstante, la incertidumbre que rodea las decisiones del Presidente sigue minando la confianza en un gobierno que debería estar enfocado en resolver las problemáticas nacionales antes que en estrategias electorales.
La reiteración de estas delegaciones no solo afecta la percepción de estabilidad en el Ejecutivo, sino que también plantea interrogantes sobre la solidez de un liderazgo que parece desdibujarse en medio de sus propias prioridades.